Qué perdida está la brisa
sin su jersey bordado,
sobre andaduras de alquitrán
y el fuego de anteayer.
Cómo llamará a las nubes
cuando el cielo caiga por doquier,
susurrándole al viento
un castigo sin ton ni son.
Quién gritará al cielo su nombre
sobre el manjar de los juglares,
sangrientos los latidos de tanto amar
entre cenizas de un ardiente temblor.
Calambres es lo que siente
frente a un espejo biselado,
irrumpe su calma incendiada
entre algodones de papel.
Soñolientos los perdidos
regresarán al nido del querer,
poseídos por un delirio
confabularán a su favor.
A orilla de los ángeles,
picotean el sedal de sus ojeras,
quieren ver aletear la bondad
de una libertad hecha añicos.
Autora: Lady Hidden