A merced de viajes al atardecer,
de sueños ficticios entre el azul de la tinta
y flaquezas encubiertas por la infamia.
Cosquillas por el titubeo de la certeza,
caricias por la calma de un delirio.
Encerrado bajo llave,
o escondido bajo el ropaje.
No gritará su nombre
si unas manos no lo descubren.
No mentirá por nadie
si los trazos tantean la suerte.
Allá donde el trecho quiera calar,
aguardará fiel a sus anchas.
Es el único lugar donde
principio y final no tienen vínculos.
Es el único lugar donde
solo uno decide cuando terminar.
Autora: Lady Hidden