Es el silencio roto
por la mañana al tropezar.
Es el vaivén trenzado
ante la rendición de la corriente.
Huele a sal…
endulzada por las noches perdidas,
por el desvelo de un suspiro,
por los latidos ajetreados.
Hipnótico…
es el satén de su piel.
¿Qué faro pintará su bruma
con las fibras de un pincel?
Es el sol a contraluz
de un espejismo robado.
Es la calma de una lucha
ante el cielo a su merced.
Autora: Lady Hidden